martes, 22 de agosto de 2017

Renacimiento español con un conjunto de lujo

 Volver a España me da la sensación de estar en casa. Siempre me he sentido en casa, más a gusto que en otros lugares donde he estado. Me puedo "envolver y desenvolver" con toda naturalidad. 
Soy feliz aquí.

 Y lo que me hace feliz es la música, que además de provocarme la mayor alegría, es mi trabajo. Mi herramienta, mi voz y mi motivación la partitura.
 Es en Guadassuar donde conocí amigos, un pueblito cercano de Valencia.
Esta vez pude cantar un repertorio magnífico bajo la supervisión de un gran amigo y maestro: Lluis Villamajó. Siempre escuché su voz, que es mi guía en el repertorio de música antigua y Lied.
 Su musicalidad y manejo de la técnica es una fuente inagotable de inspiración.
 Pero más allá de eso, conocí a un hombre magnífico, generoso y humilde, ese tipo de personas que no encuentras todos los días.
 Además, un equipo de colegas magníficas, todas damas: sopranos y contraltos venidas de diversas partes de España.
 Nos la pasamos bomba, cantando Mateo Flecha, el Viejo. No precisamente "la Bomba", sino la ensalada "El Fuego". Como no había bajo, pues tuve que cantar la parte del bajo en un solo, me encantó poder hacerlo.
  El tenor y la contralto siempre estamos cantando las armonías del medio, cual sandwich con diferentes rellenos. En cambio, la soprano canta la melodía, lo que el público se lleva en el oído del concierto y el bajo también se escucha bien, con su función más armonizante que las voces medias.
 Gracias, España!

viernes, 11 de agosto de 2017

Un sueño hecho realidad

 Todos vemos el canto y la música como arte, que es el resultado de los estudios. El público disfruta de una noche en la ópera o en la filarmónica o cualesquiera sala de espectáculos musicales que fuere.
 Pero detrás de este goce infinito, que puede conmover al público hasta las lágrimas, hay un corazón que late, una cabeza atenta a los músicos, unos ojos clavados en el director y por sobretodo una sensación de liberación y máxima expresión.
 Como tenor y cantante profesional tuve el honor de ser elegido para cantar el 20 de junio en la Berliner Philharmonie la Novena Sinfonía de Beethoven y la Misa de Coronación de Mozart.
 Canté en el coro, que me encanta. Trabajar con colegas coreutas venidos desde diferentes partes de Europa (sí, desde Londres, Riga y diferentes ciudades de Alemania). Para nosotros cantar es nuestro trabajo. Hemos estudiado en conservatorios y escuelas de música.
 En esta ocasión fui contratado por una agencia japonesa que trajo cantantes japoneses para cantar en Berlin.
 Además de disfrutar de esta magnífica sala y hacer amigos, pude recorrer Berlín en el poco tiempo libre que tuve.
 Volver a ver el muro de Berlín, ser testigo de la transformación de esta ciudad y sobretodo seguir soñando. Dónde cantar la próxima vez? Con quienes?
 La orquesta, los solistas, el coro, el director, todos los maestros venidos desde Japón y los nuevos amigos que hice.
 Cantar vale la pena!!